¿Tienes ventanas pequeñas, vives en un bajo, en una casa con poca luz, orientada al norte y quieres poner una planta en un rincón que es algo sombrío? No te preocupes y sigue leyendo, en este apartado te damos tips interesantes para escoger y cultivar plantas que necesitan poca luz. ¡Te lo vamos a poner bien fácil!
Primero de todo hay que saber que aunque no nos lo parezca, nuestros ojos NO siempre saben detectar si en “ese rincón” hay suficiente intensidad de luz para que una planta sobreviva o no. Esto provoca que algunos ejemplares escogidos se deterioren con el tiempo y/o apenas crezcan.
No es ninguna novedad, la cantidad y calidad de luz que reciben las plantas afecta de forma directa a su crecimiento. Si gozan de una buena luminosidad, agua y dióxido de carbono, activarán todos sus mecanismos y serán capaces de fabricar su propia energía y desarrollarse de forma sana o, por lo contrario, morir lentamente. ¡Este trío de elementos son su sustento!
Ya lo ves, la luz es uno de los factores clave y vitales para las plantas.
Como ya te imaginas, nuestras casas o pisos no han sido diseñados pensando en ellas. Vale sí, a todos nos gustaría tener una mansión con grandes ventanales, pero la realidad es otra: en ocasiones vivimos en apartamentos algo oscuros, orientados al norte, con pocas ventanas, con ventanas pequeñas, con edificios altos alrededor que nos frenan la entrada de claridad, etc., por lo que el reto de tener plantas para interiores oscuros puede parecer aún mayor de lo que es en realidad.
Lo dicho, la luz es un pilar fundamental e imprescindible para ellas, activa sus funciones vitales en cuanto amanece y les permite generar nutrientes para alimentarse, coger energía, crecer y lucir brutales. ¡Pero ojo!, no es lo mismo la poca luz que la luz inexistente.
Entonces, y primero de todo, ¿cómo saber si tenemos suficiente luminosidad en el rincón donde queremos poner la planta?
Parece una respuesta obvia, pero la habitación en cuestión debe tener alguna ventana por la que entre luminosidad durante horas los 365 días del año. Sí o sí, es innegociable.
De día, sitúate en el emplazamiento donde tienes pensado colocar al ejemplar y, sin encender el interruptor, coge un libro -ey, no vayas de millennial y hagas trampas, el móvil no sirve…- y si puedes leerlo largo y tendido, ¡BINGO! Puedes hacerte con plantas que toleran la poca luz.
Eso sí, por cualquier dificultad o duda que tengas, búscale otro sitio.
Con la prueba hecha y dando en el clavo, puedes cultivar plantas que sobreviven con poca luz. Ayúdalas a que se adapten al nuevo entorno conociéndola bien, cuáles son sus cuidados y sus debilidades.
Cuando se habla de luminosidad baja o poca luz para plantas de interior tenemos que imaginarnos una claridad tenue y filtrada que llega en los sotobosques de las junglas tropicales, donde algunas especies crecen perfectamente, algo que no tiene nada que ver con la (no) luz de cuevas con entradas pequeñas.
Si con toda esta info hemos dado en el clavo y te estamos tentando, en Monstera.es no te traemos una mansión, tenemos algo mejor: una selección de plantas que toleran lugares oscuros. No te cortes, échales un vistazo y flipa con la variedad!
Llegados a este punto, esto te interesa: ¿qué hay que tener en cuenta si una planta tiene poca luz?
Las plantas cultivadas con poca luz, pueden no florecer o tardar mucho más de lo normal en hacerlo. Ten en cuenta que para poder hacerlo necesitan muchísima energía y sin una luminosidad adecuada, no tendrán las pilas cargadas al 100%.
Los ejemplares que se mueven junto a la luz del sol (como las Calatheas o Marantas), pueden hacerlo de una forma muy disimulada o dejar de reaccionar por completo.
Los pecíolos suelen crecer más largos de lo normal, se dice que se etiolan, y se orientan hacia la luz de forma exagerada (es una respuesta direccional que se llama fototropismo).
Con poca cantidad de luminosidad la planta no se activa de igual forma y la tierra tarda más en secarse (como en invierno), así que tómate con calma los riegos: el ejemplar necesitará menos frecuencia de agua que uno que recibe una luz brillante. De lo contrario, verás que deja de crecer, las raíces empezarán a pudrirse y se acabará deteriorando.
Comprueba siempre el sustrato antes de regar y añade agua según las necesidades de la planta. Es mejor hacerlo así en vez de tener un día a la semana programado. Te lanzamos un par de trucos para notar si la planta sigue mojada o no y determinar si riego o no:
Puedes hundir el dedo todo lo que puedas en la maceta para sentir qué tal va de humedad el fondo: si ya está seco, casi seco o sigue impregnado.
Puedes hundir una varilla de madera natural o lápiz, espérate 5-10 segundos y si sale con tierra adherida, indica que la maceta sigue húmeda.
Hay que regar a la mayoría de las plantas de forma moderada y permitiendo que la tierra quede húmeda, no encharcada. De lo contrario, la tierra quedaría empapada, tardaría demasiado en secarse y las raíces no se podrían oxigenar. Así que relax, ¡tómate los riegos con calma! Tal y como hemos comentado más arriba, recuerda siempre que es mejor esperar algún día más a añadir agua en vez de tener prisa, las plantas se recuperan más fácilmente por la falta de riego que por el exceso.
Asegúrate que el sustrato tiene muy buen drenaje, está suelto y esponjoso. Una tierra apelmazada fácilmente queda empapada, tarda en secarse y las raíces no se oxigenan bien.
Será normal que la planta cultivada en poca luz crezca más lentamente, con hojas más pequeñas y, dependiendo de la referencia, pueda tener otro tipo de tonalidades o ser más pálidas. Grábatelo a fuego, que veas estas características no siempre querrá decir que el ejemplar necesita trasplante o más abono.
Las plantas cultivadas con poca luz suelen tardar un poco más en adaptarse al nuevo entorno. Así que si has traído una planta nueva a casa, no la trasplantes rápidamente a una nueva maceta y mucho menos una de mayor tamaño. No lo hagas hasta que hayan pasado unas cuantas semanas y veas que realmente está prosperando realmente lo necesiten.
Consejo: sí se pueden cultivar algunas plantas en lugares con poca luz, pero siempre debe haber la cantidad suficiente para que se puedan activar y puedan llevar a cabo sus procesos naturales. Hay que tener en cuenta que la poca luz no es la ideal para ellas, por eso, te aconsejamos que las controles bien para que no se produzcan desajustes y siempre estés a tiempo de rectificar.