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Plantas fáciles

Marchando una de plantas fáciles de cuidar

No te escondas, si has llegado aquí es porque te consideras Eduardo Manostijeras con las plantas. ¿Pero sabes qué? Que siempre hay un comienzo y que hemos pensado en ti, Eduardito. En el mercado existen plantas muy fáciles de cuidar, plantas para principiantes, ocupados y para los olvidadizos. ¡Ya no es necesario que renuncies al verde en tu hogar!

Las plantas fáciles de cuidar son ejemplares resistentes, unas todoterreno, vamos. Son fáciles de mantener porque tienen la capacidad de sobrevivir en condiciones menos ideales, como un rango de luminosidad media-baja, diferentes niveles de humedad o que sobrevivirán incluso si te olvidas de regarlas durante unos pocos días una vez secas.

Sí, has leído bien, puedes olvidarte de regar tus plantas durante unos días, seguirán ahí, vivas y saludables. Ni un drama. Así que si te encanta ir regadora en mano cada día o empapar la tierra, con estos ejemplares tendrás que cortarte con el riego (y esconderela si hace falta). Recuerda, es mucho más fácil recuperar una planta por culpa de la sequía que por el exceso de agua.

Pero antes de descubrirte la caja de Pandora, tienes que grabarte a fuego que aunque son referencias que tienen una estructura que las convierte en fáciles de mantener, resistentes y adaptables a condiciones algo adversas para ellas, no prosperarán en absoluto si no tienes nada en consideración los factores de riego y luz, por poco que sean.

Vamos allá con la lista de plantas duraderas que te van a chiflar. Puedes hacer clic en cualquiera de ellas para conocer sus cuidados ideales:

Zamioculca

Luz: idealmente quiere una luz indirecta brillante, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté completamente seca y aún así la puedes regar pasados unos días y seguirá perfectísima.

Humedad: baja. Resistente al calor y sequedad ambiental.

Monstera deliciosa

Luz: idealmente quiere una luz indirecta alta, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: Moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté completamente seca. Si dejas que pase sed, te avisará volviendo sus hojas más lacias.

Humedad: media-baja. Se adapta a cualquier ambiente, pero como planta tropical que es, le gusta gozar de cierta humedad ambiental para crecer más sana.

Scindapsus

Luz: idealmente quiere una luz indirecta alta, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: Moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté seca. Si dejas que pase sed, te avisará enrollando sus hojas y volviéndose más finas.

Humedad: media.

Pothos

Luz: idealmente quiere una luz indirecta alta, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: Moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté seca. Si dejas que pase sed, te avisará enrollando sus hojas y volviéndose más finas.

Humedad: baja. Se adapta a cualquier ambiente, pero como planta tropical que es, le gusta gozar de cierta humedad ambiental para crecer más sana.

Peperomias

Luz: idealmente quiere una luz indirecta brillante, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: Moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté totalmente seca. Si dejas que pase sed, te avisará arrugando sus hojas volviéndose blandas.

Humedad: baja.

Hoyas

Luz: idealmente quiere una luz indirecta brillante, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: Moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté totalmente seca. Si dejas que pase sed, te avisará arrugando sus hojas volviéndose blandas.

Humedad: baja.

Sansevierias

Luz: idealmente quiere una luz indirecta brillante, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté completamente seca y aún así la puedes regar pasados unos días y seguirá perfectísima.

Humedad: ninguna.

Aloes

Luz: idealmente quiere una luz indirecta brillante, pero tolera la luz indirecta media-baja.

Riego: moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté completamente seca y aún así la puedes regar pasados unos días y seguirá perfectísima.

Humedad: ninguna.

Maranta

Luz: idealmente quiere una luz indirecta alta, pero tolera la luz indirecta baja.

Riego: Moderado. Hay que regarla cuando la tierra esté completamente seca. Si dejas que pase sed, te avisará enrollando sus hojas y volviéndose más finas.

Humedad: media-alta. Le gusta gozar de cierta humedad ambiental para crecer más sana.

Si te das cuenta, la mayoría son plantas de hojas y tallos gruesos y carnosos. Estas variedades tienen la cutícula de la epidermis de sus hojas gruesa, esto les permite conservar más tiempo el agua en su interior. Gracias a ello, cuando noten la tierra seca, empezarán a tirar de reservas internas. Eso sí, si las dejas más días de los deseados sin agua, las membranas se empezarán a deshidratar, verás las hojas curvadas o arrugadas, poco tersas y lacias. Recomendamos regar cuanto antes, ya que los daños celulares pueden ser irreversibles.

Las hojas gruesas son más resistentes a los daños mecánicos, a los patógenos, a condiciones climáticas extremas y les facilita adaptarse a condiciones adversas.

Paralelamente, algunas de ellas están dotadas de una raíces muy gruesas y rizomas que funcionan como órganos almacenadores de agua y nutrientes. ¿Cómo te quedas? Aprovecha los trasplantes para fijarte en estos detalles y conocer más a tus plantas.

Consejo: usa siempre un sustrato suelto y esponjoso para evitar que se encharque y las raíces no se oxigenen, ponles macetas ajustadas, con agujeros de drenaje e idealmente de terracota si tus plantas van a tener poca luz (al ser un material poroso, irá absorbiendo la humedad de la tierra y la evaporará). Con todo ello conseguirás que ninguna planta se te resista.

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